El doblaje me ha atraído desde siempre, y por fin he dejado de posponer mi pasión. Desde hace unos meses, asisto a clases en Aula 51 e intento aprender lo que, para mí, es un arte.
Mis mentores son Esteban Massana y Miguel Ángel García, dos grandes profesionales y docentes que se complementan a la perfección. Gracias a ellos, he incorporado a mi vocabulario habitual términos tales como: sincronía, intención y prosodia. Quédate con este último, porque es la base de cualquier tipo de locución.
En principio, leer en voz alta no supone ninguna dificultad, ¿verdad? En cambio, si queremos transmitir, sonar naturales y que no se note que estamos leyendo, la tarea se complica. Por eso, debemos dominar la prosodia. Si aprendemos a jugar con el acento, el tono, el volumen y el ritmo, no habrá texto que se nos resista.
Decirlo es fácil. Pero llevarlo a la práctica… eso ya es harina de otro costal. Porque también hay que atender a la respiración, la dicción y la colocación de la voz. Y yo, de momento, solo consigo centrarme en “marcar las penúltimas sílabas de cada palabra”, que es lo que hacemos cuando hablamos, pero al leer se nos olvida. También cuesta dejar la vergüenza en casa y soltarse, pero a base de “takes” lo vamos consiguiendo. Interpretar diferentes personajes me parece un reto apasionante.
Y los profesores nos animan a seguir intentándolo. Dicen que, si somos perseverantes, terminaremos interiorizando la teoría y acabará saliéndonos a la perfección. ¡Ojalá! El caso es que el camino que tenemos por delante hasta convertirnos en actores y actrices de doblaje es largo.
Pero ese sendero está lleno de aprendizaje de todo tipo. Siempre me ha gustado escuchar experiencias, reflexiones y consejos de gente que ha logrado dedicarse a su pasión. Por eso, cuando me invitaron a una masterclass con dos grandes del doblaje y la interpretación como José Luis Angulo y José Posada, me apunté enseguida. La Escuela de Audiovisuales Treintaycinco mm organizó el evento en el conocido estudio de grabación Drax, acudimos un gran grupo de apasionados del Doblaje y les hicimos un sinfín de preguntas.
Posada nos dio las claves que, según él, ha de tener en cuenta todo actor de doblaje. Nos contó que debemos ser esponjas, absorber todo lo que podamos; agua, para adaptarnos a cualquier recipiente al igual que el líquido elemento; también debemos ser generosos, dar lo mejor de nosotros mismos; y humildes, porque el estatus fluctúa mucho a lo largo de una carrera profesional.
Angulo, por su parte, habló de las condiciones laborales de los actores y directores de Doblaje. Según él, han empeorado mucho: “las nuevas plataformas que han surgido temen tanto las filtraciones y protegen tanto sus productos, que muchas veces apenas vemos lo que estamos doblando”. Además, José Luis Angulo asegura que el doblaje actual está marcado por la urgencia, «hay que entregar ya» y eso afecta a la calidad. La parte buena es que, contrariamente a lo que vaticinaban algunos, el gremio goza de buena salud y cada día hay más trabajo.
Ambos coinciden en que se trata de una profesión maravillosa, que te permite jugar y disfrutar. Cuando te colocas delante del atril dejas de ser tú y te conviertes en el personaje. Y todos, absolutamente todos, tenemos un actor o actriz dentro. Y cuando les pedimos un consejo para todo aquel que quisiera dedicarse al doblaje, su respuesta fue unánime y coincide con el mantra que escucho en clase a diario: perseverancia.
No existen trucos ni secretos. Todo en la vida requiere esfuerzo y tenacidad. Yo no pienso rendirme. ¿Y tú? Si has llegado hasta aquí, estoy segura de que te también te interesará este artículo que escribí sobre locución.
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